miércoles, 17 de enero de 2007

INACEPTABLE DECISIÓN


El Alcalde de Jesús María, Jesús Ocrospoma, ha anunciado la decisición de su consejo municipal en relación al conjunto "La alameda de la memoria", que comprende tanto el monumento "El Ojo que llora", ya terminado, como "El quipu de la memoria", solo en diseño. Esto es lo más importante:

- El acta señala que el Concejo rechaza a cualquier autoridad o persona que pretenda homenajear a los terroristas.
- Se deja a la decisión de "el Estado" el retiro de los 41 nombres pertenecientes a miembros de SL que han sido incluidos en el "Ojo que Llora".
- No continuar con la etapa complementaria del proyecto. Se utilizarán los 200 mil soles destinados para "El Quipu de la Memoria" en obras públicas de recreación infantil".

IPRODES no puede expresar sino su malestar frente a esta decisión del alcalde y suscribir el contenido del comunicado de Paz y Esperanza, así como apoyar las declaraciones de Francisco Soberón, de Aprodeh que señalan en resumidas cuentas que no puede diferenciarse entre víctimas de primera y de segunda categoría.

El Alcalde de Jesús María y otros actores políticos enfatizan la diferencia entre peruanos asesinados, olvidando que pese a sus posibles culpas, de ninguna manera el Estado debía atentar contra sus vidas arbitrariamente. Y es eso lo que lo obliga entonces a reparar.

El Alcalde olvida que no solo fue SL el que cometió graves crímenes durante el conflicto armado, sino que también el Estado peruano fue responsable de miles de violaciones de los derechos humanos, que precisamente se están recordando en el monumento. Así, resulta un total contrasentido dejar en poder de uno de los reponsables decidir cómo deben ser recordadas las personas que fueron víctimas.

El Alcalde olvida que este espacio simbólico es fundamentalmente un espacio de la sociedad civil, para recordar a todas las víctimas y que ninguno de los grandes responsables de crímenes tiene derecho a manipularlo. Se rechaza pues a su vez, cualquier utilización política por parte de SL.

El Alcalde olvida que una obra artística no puede ser modificada sino por su autor, en este caso Lika Mutal, y que si ello sucediera sin su consetimiento sería un acto de barbarie propia de sociedades oscurantistas.

El Alcalde y otros actores políticos interesados en cerrar "El Ojo Que Llora" se niegan a la posibilidad de dialogar y encontrar salidas creativas a la difícil situación creada por la sentencia de la Corte Interamericana. Propuestas como la esgrimida por Mario Vargas Llosa por ejemplo, u otras que apunten hacia la superación del problema y no se enfoquen en el conflicto y el enfrentamiento.

El Alcalde, curiosamente, renuncia a sus atribuciones (parques y jardines) y deja en manos del Poder Ejecutivo la decisión sobre la integridad de una obra artística que, además, no le pertenece a ninguno de los dos.

Finalmente el Alcalde parece no saber que el dinero otorgado al Municipio de Jesús María no puede ser empleado en lo que le parezca, sino solamente en acciones que farorezcan la reparación y reconciliaición. Si el Municipio de Jesús María continúa en esta posición, la CMAN pedirá le reintegren el dinero.

En este sentido, en IPRODES hacemos un llamado a la sociedad civil a expresar su malestar por esta decisión y desarrollar acciones para defender este espacio público que pertenece a todos los peruanos.

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